Varios compañeros ya teníamos alguna práctica del Proyecto Personal de Vida (PPV) con militantes de Acción Católica. En el equipo diocesano del Prado hace ya varios años que nos servimos del PPV al programar el curso.
La espiritualidad pradosiana nos ayuda a vivir nuestro ministerio como verdaderos discípulos de Jesucristo al servicio de los pobres. El Consejo regional, fiel a las orientaciones marcadas por la Asamblea, nos ofrece cada año unas líneas de acción que en el equipo diocesano tratamos de concretar al elaborar el PPV y el Proyecto Comunitario (PCV).
En la primera reunión del curso, mes de septiembre, compartimos el PPV y consensuamos el PCV: ambos nos van marcando las pautas a seguir a lo largo del curso, y en la última reunión, la del mes de junio, evaluamos también en común ambos proyectos.
Para la elaboración del PPV personal seguimos una plantilla más o menos similar:
- Objetivo general del quinquenio.
- Objetivo para el Curso.
- Medios:
Oración personal
Estudio de Evangelio personal
Cuaderno de Vida y Revisión de Vida.
- Ejercicio del ministerio.
- Vida fraterna.
- Documentos eclesiales y Fuentes pradosianas.
Si se plantea desde el principio como algo querido, deseado y asumido, el PV nunca será considerado como algo impuesto, como un corsé que me oprime, como algo que hay que sobrellevar. Más bien, se percibirá como un medio que da unidad y coherencia a la vida, superando los fallos y favoreciendo un avance progresivo. Así lo percibimos nosotros, como una experiencia positiva y enriquecedora.