EL ESTUDIO DE EVANGELIO EN EL PRADO. Este documento es fruto del trabajo del Consejo General del Prado a partir de la sesión internacional celebrada en Limonest en el mes de julio de 2006.
1. He aquí Jesucristo
2. Finalidad del Estudio del Evangelio
3. Práctica y método del Estudio de Nuestro Señor Jesucristo
Antonio Chevrier insistió siempre que había que tomarse el Estudio de Evangelio como un trabajo para ganarse el pan. Ese es nuestro trabajo: estudiar el Evangelio cada día.
De la formación que A. Chevrier recibió en el seminario destaca un gran amor a las sagradas Escrituras. En una serie de fichas para la predicación que el seminarista redacta a partir de 1847 y en sus primeros sermones de Saint-André encontramos numerosas citas bíblicas.
Para crecer en el conocimiento de Jesucristo, nos comprometemos a estudiar el Evangelio de manera habitual y a aplicarlo en nuestra vida.
Ya sea de manera individual o en común, dedicaremos un tiempo considerable a este estudio espiritual. Aquél que quiera llenarse del Espíritu de Dios deberá estudiar a Nuestro Señor cada día: sus palabras, sus ejemplos, su vida; he aquí la fuente en la que encontramos la vida, el espíritu de Dios(VD 226)
Haremos de este estudio un verdadero trabajo que tome en cuenta la totalidad de las Escrituras. Lo realizaremos en la simplicidad de la fe, según la tradición de la Iglesia, en unión con los pobres cuya vida compartimos.
Es en la oración de cada día que hay que llevar a cabo este estudio y que hay que llevar a Jesucristo a nuestra vida...
Es ahí que encontraremos cada día una pequeña luz del Espíritu Santo, y que llegaremos poco a poco a conformar nuestra vida a la de Jesucristo. Es necesaria una oración asidua (VD 227)
En su oración, el verdadero discípulo pide a Cristo, Verbo Salvador, que tenga a bien abrir su espíritu y su inteligencia, con el fin de que la Palabra de Dios entre en su corazón y que pueda apreciarla y comprenderla.
Él desea que todas las palabras del Evangelio sean para él luz que ilumina, que lo lleva a Jesús, y que lo acompañen por todos los caminos de la justicia y la verdad.
Aunque siempre estamos tentados a considerar impracticable el Evangelio, el Padre CHEVRIER nos enseña a volvernos disponibles al Espíritu para escuchar, meditar y poner en práctica la Palabra, porque en esta palabra están la vida, el gozo, la paz y la felicidad.
1) ¿Qué es?