COMENTARIO - REFLEXIÓN AL DOMINGO DÉCIMOQUINTO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C - 2025

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Manolo Vida diócesis de Córdoba

1.- En el dialogo que mantiene el letrado con Jesús no es sobre ideas, mandamientos o consejos para ser mejor. Va más al fondo: se trata de la vida. Qué hemos de hacer para vivir una vida autentica. Lo que se debe hacer para heredar la vida eterna.

Jesús le recuerda lo que dice la Ley sobre el amor a Dios y amar al prójimo, como a ti mismo “Haz esto y tendrás vida” dice Jesús.

Esto es precisamente el mensaje principal del evangelio: la unidad, que forma el amor a Dios y el amor al prójimo. Esa fusión es específica del mensaje cristiano.

El letrado para justificarse, pregunta de nuevo quien es su prójimo. Jesús le responde con la parábola, donde lo importante es la enseñanza que encierra:

  • El prójimo es cualquier miembro de la humanidad, simplemente «un hombre» (v. 30); esto lo comprende hasta un samaritano, alguien mucho menos cualificado que un sacerdote o un levita: un «excomulgado», al que los judíos no consideraban ni siquiera como prójimo. Este es propuesto por Jesús, como modelo de hacerse prójimo.
  • Amor significa aquí “tener compasión” de cualquiera que sufra. Tomar la iniciativa y hacer al otro, lo que, quisiera que me hicieran a mí, si estuviera en necesidad.
  • En otras ocasiones Jesús dijo: Amar al prójimo como a ti mismo. Haz al otro lo que deseas haga por ti. Hay que amar, hasta los enemigo Recordemos que al final en el juicio de las naciones, dice Jesús: “me disteis de comer, me visitasteis, me acogisteis etc. cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos”. El mismo Jesús es ese pobre tirado.

 2.- En concreto fijémonos en los verbos del itinerario del samaritano: Vio, Llegó junto a él, acercándose. Tuvo compasión; le echó aceite. Lo montó, lleva a la posada, cuidó, pagó: en definitiva, se encargó totalmente de él. Hizo suya la causa del otro. Al final le dice Jesús al letrado: “Anda haz tu lo mismo”.

Según Jesús lo importante es “hacerse prójimo” del necesitado, sin mirar ninguna etiqueta que lo condicione. Saber “mirar” de manera atenta y responsable al que sufre. Esta mirada nos puede liberar del egoísmo y la indiferencia que nos permiten vivir con la conciencia tranquila y la ilusión de inocencia en medio de tantas víctimas inocentes.

Al mismo tiempo, “conmovernos” y dejar que su sufrimiento nos duela también a nosotros. Nuestra actuación concreta nos revelará nuestra calidad humana. Descubrir al que está cerca y me necesita, ése es el Sacramento de Cristo.

3.- Quien desee lograr una plenitud de vida, sabe ahora como alcanzarla: Seguir los pasos del Buen Samaritano. Todos necesitamos verificar si seguimos los pasos del buen Samaritano o los del sacerdote y el levita. Como el samaritano, estamos llamados a

cuidarnos los unos a los otros, sin mirar para otro lado, sin crear barreras que nos separen.

  • Mas importante de lo que pensamos y sentimos es lo que hacemos. El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón, en tu boca. Cúmplelo. “Anda haz tu lo mismo”
  • “Cuando el corazón asume esa actitud, es capaz de identificarse con el otro sin importarle dónde ha nacido o de dónde viene. Al entrar en esta dinámica, en definitiva, experimenta que los demás son su propia carne”. (F.T)

 

También hoy, como buen samaritano,

te acercas a través de nosotros a todo hombre

que sufre en su cuerpo o en su espíritu,

y curas sus heridas con el aceite del consuelo y el vino de la esperanza.

 

Sedúcenos, Señor, con tu mirada;

Levántanos, Señor con Tu Palabra,

y haz que nuestro corazón se abrase

mientras vamos de camino