Josep María Romaguera i Bach. Diócesis de Barcelona
La presencia del Resucitado lo ha cambiado todo. Él es el día, la luz que hace ver las cosas de otra manera. Él abre puertas. Habiéndolo reconocido ya no hay cerrazón.
Pauta para el Estudio de Evangelio personal o compartido en grupo
1. Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2. Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3. Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4. Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...Me fijo en cómo la iniciativa del Resucitado va marcando todo lo demás: la acción, la fe, el ágape, la misión... Y lo contemplo en la vida de la Iglesia de hoy.
5. Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor... ¿Qué experiencias veo ahí de cerrazones y aperturas, de oscuridades y de luminosidad...?
6. Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7. Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Notas sobre el último capítulo de Juan
- Este capítulo 21 de Jn, según la mayoría de entendidos, está escrito más tarde y por una mano diferente que los otros veinte capítulos del evangelio.
- El texto de hoy es como un tríptico. En el primer cuadro (1-8) contemplamos una pesca extraordinaria; en el segundo (9-14) encontramos a Jesús preparando un almuerzo para los discípulos; el tercer cuadro (15-19) nos hace ser testigos de un diálogo de Jesús con Pedro.
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- En esta aparición de Jesús resucitado, como ocurre en la del camino de Emaús que narra Lucas, los discípulos no reconocen a Jesús en seguida (4): se quiere decir que Cristo resucitado sólo puede ser reconocido por medio de la fe.
- El diálogo de Pedro con Jesús (15-19) nos pone ante la misión que es dada a Pedro y que nos recuerda lo que ya hemos encontrado en el capítulo 10 de Jn sobre el servicio del Buen Pastor (Jn 10). El servicio en la Iglesia es un servicio de amor.
- Todo lo que vive la Iglesia (misión, Eucaristía, ministerio pastoral) parte de la presencia (4) y del reconocimiento del Resucitado (7).
- La misión evangelizadora de la Iglesia, la pesca (6-8), es el resultado de la presencia de Jesús. Los obreros del Evangelio dan fruto cuando permanecen unidos al Resucitado (Jn 15,1-17).
- El ágape (Eucaristía), en el cual es Jesús quien tiene la iniciativa y quien lo da (12-13), reconcilia al Señor con los discípulos, que lo habían abandonado.
Este texto ilumina la acción militante
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La confesión de fe de los discípulos (7) es fruto de la acción a la que Jesús los ha empujado (6).
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Alrededor de esta acción y de la confesión de fe (7) y de la confesión de amor (15ss) hay unos cuantos contrastes con los cuales el evangelista juega: noche||día, no–pescar||pescar, no–reconocer||afirmar–la–fe, no–tener–comida||tener–pan–y–pescado.
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Los “no” –aquella noche “no” pescaron nada, “no” reconocieron a Jesús en aquel hombre que se presentó en la playa...– expresan la cerrazón de los apóstoles por la experiencia de la muerte de Jesús. Nada va bien. No pescan. No ven nada más detrás de una persona cualquiera. Han quedado marcados por un fracaso.
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Sólo la intervención del Señor hace cambiar las cosas. Una intervención que pasa por algo tan sencillo y tan común como la petición de compartir su comida (5).
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El Señor interviene en la misma realidad negativa y oscura que están viviendo (3-6), no en otro lugar. Su acción tiene estos pasos:
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En primer lugar, les hace tomar conciencia de la realidad: no tienen nada para comer (5).
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Él les invita a volver a intentarlo (6). Nos hace caer en la cuenta de que, por negativa que veamos la realidad, no podemos permanecer parados.
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Después Él toma la iniciativa preparando el almuerzo, preparando e invitando (9-13): “vamos, almorzad”. Es Él quien “toma el pan y se lo da”: la Eucaristía también es una acción, en la cual Jesús tiene la iniciativa y va por delante. La Eucaristía re–hace las fuerzas y el amor a Jesús. La Eucaristía es experiencia de amor recibido y dado (15-19).
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La presencia del Resucitado lo ha cambiado todo. Él es el día, la luz que hace ver las cosas de otra manera. Él abre puertas. Habiéndolo reconocido ya no hay cerrazón.