Domingo 3º Adviento A_2022

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El domingo encontraremos una bienaventuranza de Jesús: “¡dichoso el que no se escandalice de mí!”. La podemos aprovechar para hacer una felicitación de Adviento, anticipándonos a la felicitación de Navidad:¡Felicidades a quienes se abren a la novedad! A la novedad (¿todavía es novedad?) de la opción por los pobres, por los últimos, por los que no cuentan en la sociedad que nos montamos como ‘señores’. ¡Felicidades a quienes preparan la Navidad haciendo esta opción! ¡Felicidades a quienes preparan la Navidad abriéndose al Dios que viene con esta opción! ¡Felicidades a quienes dejan que Él sea el Señor de sus vidas!

Estudio de Evangelio. Francisco Diz-Lois Ruiz, diócesis de Sevilla

Pauta para un Estudio de Evangelio. Josep María Romaguera Bach

 

11 diciembre 2022. Mt 11,2-11.

 

1. Estudio de Evangelio

En este evangelio continuamos con Juan, y se nos presenta en la cárcel. Encarcelado por molestar a los gobernantes que utilizan a los seres humanos a su antojo. Cuando nos damos cuenta de lo sagrado que son los seres humanos no podemos guardar silencio ante los usos y abusos que contra ellos se ejercen. A Juan le va a costar la vida el enfrentarse al poder, un hombre vestido con piel de camello, un convicto. Pero escucha algo nuevo y diferente, algo que un hombre leyó en la sinagoga de Nazaret del libro de Isaías (Lc 4,18-19) y que está realizando. Y manda a sus discípulos a buscarlo, a investigar, a ver si es verdad. Y lo encuentran, encuentran al que libera, da luz, hace andar, el que se da a los pobres pues él es la buena noticia.

Este tiempo de adviento es tiempo de búsqueda, de encontrar al que es buena noticia, frente a la oscuridad del mundo, a la mentira y acusaciones falsas. Juan es capaz de reconocer en lo nuevo, en lo bueno la mano de Dios, y así se pone a buscar, Jesús se lo reconoce. Este profeta no se guarda nada, no se queda con nadie, también lo da todo. Jesús reconoce en aquel encarcelado a todos los que son prisioneros injustamente por decir la verdad en su libertad, por buscar. Jesús lo alaba, pero utiliza ese reconocimiento para elevar a los más pequeños. Pues los más pequeños son los más grandes en el reino de los cielos.

Adviento es un momento de gracia, de búsqueda, de descubrimiento, de liberarse de juicios y condenas, y empezar a perdonar, a sanar, a volver a ser como niños. Jesús es un bálsamo para Juan, se está cumpliendo lo que esperaba, lo que buscaba. Tenemos que ser buena noticia para los pobres, para los enfermos, para los jóvenes, para los encarcelados, porque de ellos es el reino de los cielos, esperemos que se acuerden de nosotros cuando estén allí.

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2. Pauta para un Estudio de Evangelio. 

1

Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2

Anoto algunos hechos vividos esta última semana

3

Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4

Anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...

Los hechos y palabras de Jesús, ¿qué me dicen sobre el Reino de Dios?

5

Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...

¿Qué hechos me hacen ver que el Reino ya está aquí? Lo contemplo y doy gracias por ello.

6

Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7

Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta

 

Notas para situar el texto en su contexto

 

  • El encarcelamiento de Juan (2) había coincidido con el comienzo de la misión de Jesús (Mt 4,12). Juan ha preparado el camino al Señor (evangelio del pasado domingo: Mt 3,1-12). Con Jesús se manifiesta que “el reino” (11) ya está aquí (Mt 12,28).
  • Estamos ante un resumen de la actividad de Jesús (5) que puede recordar a los israelitas los diversos anuncios del profeta Isaías (Is 26,19; 29,18; 35,5-6; 61,1). Lo que ven hacer y oír a Jesús es el cumplimiento de los anuncios mesiánicos de los profetas.

 

Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio

 

  • Lo que hace y dice Jesús, “las obras del Mesías” (2), son las obras del “reino” (11). Juan lo intuye y se acerca a pesar de las cadenas. Quiere conocer, quiere profundizar en la persona de Jesús, en lo que dice y hace.
  • “El que ha de venir” (3) es una manera de designar al Mesías, aquel que es esperado. Una designación que indica que el Mesías nos es dado, que no lo dominamos, no somos sus señores, sino que es Él el Señor.
  • Jesús se manifiesta con unas obras entre los excluidos (4-5) y con la buena noticia a los “pobres” (5). I envía a quienes han sido testimonio de ellas a dar la noticia –“a anunciar” (4)– de esta experiencia: “lo que estáis viendo y oyendo” (4).
  • El cumplimiento de las profecías que encontramos en este relato es sorprendente. Porque quien las cumple es un pobre, Jesús. Un pobre misericordioso–solidario con los pobres. Y esto sucede en un mundo en el que muchos esperaban a un Mesías guerrero que se impusiera por la fuerza. Es por ello que es necesaria la pregunta: “¿eres tú?” (3).
  • El elogio que Jesús hace de Juan (11), el último y el más grande de los profetas de Israel (9), paradójicamente pretende remarcar la superioridad de la nueva alianza:
  • La nueva alianza de Dios con su pueblo es representada por los “pequeños” con quienes Jesús actúa (11).
  • La antigua alianza es representada por Juan.
  • Con Jesús, el pobre entre los pobres (4-5), ha llegado al mundo el Reino de Dios (Mt 12,28).
  • Los “más pequeños” que acogen el reino (11) se convierten en testigos vivos del reino que ya está aquí (Mt 12,28).
  • Y estos “más pequeños”, acogiendo al reino acogen la misma vida de Dios: “¡dichoso el que no se escandalice de mí!” (6). Por eso son “más grandes” (11), son “dichosos” (Mt 5,3-12).
  • Con esta bienaventuranza: “¡dichoso el que no se escandalice de mí!” (6), podemos elaborar una felicitación de Adviento, anticipándonos a la felicitación de Navidad. ¡Felicidades a quienes se abren a la novedad! A la novedad (¿todavía es novedad?) de la opción por los pobres, por los últimos, por los que no cuentan en la sociedad que nos montamos como ‘señores’. ¡Felicidades a quienes preparan la Navidad haciendo esta opción! ¡Felicidades a quienes preparan la Navidad abriéndose al Dios que viene con esta opción! ¡Felicidades a quienes dejan que Él sea el Señor de sus vidas!