Domingo 29º T.O. - C_2022

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Estudio de Evangelio. Carmen Robledano Fernández. IFP, Madrid

 

16 octubre 2022. Lc 18,1-8

 
El domingo anterior el evangelio nos invitaba a ser agradecidos, a reconocer el poder y la misericordia de Dios que actúa en Jesús. Este domingo el evangelio nos presenta a Jesús que para mostrar a sus discípulos la necesidad de orar siempre, sin desanimarse, les dijo una parábola: la del juez y la viuda.
 
El juez no temía a Dios ni le importaban los hombres. La viuda solía ir a decirle: “Hazme justicia frente a mi adversario”. El juez se negó por algún tiempo, pero ante la insistencia de la viuda cambió de actitud, no por justicia, sino para que no le fastidiara más.
 
Jesús explica, si un juez deshonesto termina por hacer caso a la viuda, con más motivo lo hará Dios que es compasivo y misericordioso. Jesús responde así a nuestro cansancio cuando experimentamos las adversidades de la vida que nos parecen que no tienen solución y nos invita a perseverar en la esperanza y orar siempre y sin desanimarnos.
 
San Pablo a lo largo de sus cartas tiene estas expresiones “rogando siempre”, “roguemos en todo tiempo” ...
 
La parábola se aplica a los elegidos, a los creyentes que sufren injusticias a causa de su fidelidad a Cristo y nos interroga: “¿No hará, entonces, Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche? Yo os digo que les hará justicia inmediatamente. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?”
 
Es la fe la que inspira y sostiene la oración y da confianza y esperanza de que el Señor todo lo puede y no defrauda.