Domingo 24º T.O. - C_2022

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Pauta para un Estudio de Evangelio. Josep Maria Romaguera Bach, diócesis de Barcelona

Tenemos por delante una gran oportunidad de sumergirnos en la misericordia de Dios. Ojalá quedemos llenos de ella para poderla repartir

 

11 septiembre 2022. Evangelio según Lucas (15,1-10)

En aquel tiempo, 1 solían acercarse a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. 2 Y los fariseos y los escribas murmuraban entre ellos:

–Ése acoge a los pecadores y come con ellos.

3 Jesús les dijo esta parábola:

4 –Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? 5 Y, cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; 6 y, al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.” 7 Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse. 8 Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? 9 Y, cuando la encuentra, reúne a las amigas y a las vecinas para decirles: “¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.” 10 Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.

 

1

Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer

2

Anoto algunos hechos vividos esta última semana

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Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo

4

Ahora anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...

Me pongo en el lugar de los “publicanos” y los “pecadores” –¡que algo de pecador debo tener!–, para poder descubrir qué me aporta Jesús con estas palabras, qué me dice Jesús personalmente.

5

Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...

Entre estas personas las hay, probablemente, que son rechazadas, apartadas; otras en las que veo a Jesús que se acerca a todo el mundo. ¿Cómo me cuestionan una y otra realidades?

6

Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)

7

Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...

 

Notas por si hacen falta

 

Notas sobre el texto de hoy y para seguir el hilo del Evangelio

 

  • Cuando acudiremos a misa este domingo podemos encontrarnos escuchando el texto evangélico que figura en esta hoja (Lc 15,1-10) o bien que nos proclamen el capítulo 15 entero (Lc 15,1-32). La razón no es puramente una cuestión de longitud, ante la cual se puede escoger entre la versión entera y otra recortada. También juega ahí que la parábola llamada tradicionalmente del ‘hijo pródigo’ (vv. 11-32), este año ya fue leída el domingo cuarto de cuaresma (hace ya muchos días).
  • El conjunto del capítulo 15 es la respuesta que Jesús da, con tres parábolas, a la cuestión planteada al principio (vv. 1-2). Ciertamente, la tercera es la más explícita para mostrar cómo es el amor del Padre por sus hijos e hijas.

Junto con esta hoja recibiréis la que ya recibisteis el cuarto domingo de cuaresma. De este modo, quien quiera podrá trabajar el conjunto del capítulo. (También la podéis encontrar aquí)

  • Entre el Evangelio del pasado domingo y el de hoy hay un par de versículos que la liturgia omite (Lc 14,34-35), con los cuales Jesús remacha el clavo relativo al seguimiento.

 

Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio

 

  • Los publicanos (1), que recaudaban los impuestos, eran considerados pecadores tanto por los escribas como por la gente del pueblo. La razón es que, trabajando al servicio de las administraciones romana y herodiana, a menudo se aprovechaban injustamente de su situación en beneficio propio.
  • A Jesús lo acusan de “comer” con “los pecadores” (2). Y, ciertamente, lo encontramos muchas veces en esta situación: sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos (Mt 9,10); Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa. Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume... (Lc 7,36-37); Al verlo, todos murmuraban diciendo: “Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador (Lc 19,7).
  • Ya en la predicación de Juan Bautista las personas que se sentían rechazadas como “pecadoras”, concretamente “los publicanos”, encontraban algo interesante, descubrían que Dios les ama y tiene un plan para ellas: Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: “Maestro, ¿qué debemos hacer?” (Lc 3,12); Todo el pueblo que le escuchó, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, haciéndose bautizar con el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los maestros de la ley, al no aceptar el bautismo de él, frustraron el plan de Dios sobre ellos (Lc 7,29-30).
  • Jesús, en otras ocasiones, ha respondido de manera contundente a la misma acusación a la que responde aquí con estas parábolas (Lc 15). Por ejemplo: Porque ha venido Juan el Bautista, que no comía pan ni bebía vino, y decís: “Tiene un demonio.” Ha venido el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Ahí tenéis un comilón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores.” Y la Sabiduría se ha acreditado por todos sus hijos (Lc 7,33-35).
  • En el mundo oriental antiguo, las comidas eran consideradas un momento privilegiado de amistad y de comunión entre las personas. Los fariseos consideraban que comer con paganos o “con pecadores” (1-2) era una fuente de impureza ritual. Según esto, los pecadores eran precisamente aquellos judíos que no guardaban las normas de pureza ritual prescritas por la Ley de Moisés y que, por tanto, vivían permanentemente en estado de impureza. Por su oficio, los publicanos eran incluidos invariablemente en el grupo de los pecadores.
  • La imagen del pastor y del rebaño (4-6) es muy frecuente en el Antiguo Testamento para hablar de las relaciones entre Dios y su pueblo (Is 40,11; Ez 34; Sl 23[22]).
  • Las “monedas” (8) de las que habla la parábola (8-9) son dracmas, moneda griega equivalente al denario romano, es decir, el jornal por un día de trabajo (Mt 22,19). Por eso la parábola (8-9) es conocida con el título de la dracma perdida.
  • La conclusión repetida al final de cada parábola (7.10.32) expresa cual es la voluntad de Dios. Una voluntad que se concreta en la vida y ministerio de Jesús: No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores (Lc 5,32). Una voluntad que se tiene que concretar en la vida y misión de la Iglesia y de cada cristiano/a.