Estudio de Evangelio. Lucas de la Villa Llorente, diócesis de Sigüenza-Guadalajara
El Señor sustenta al huérfano y a la viuda (Sal 145)
7 noviembre 2021. Mc 12, 38-44
1.- Jesús ha llegado a Jerusalén, ha concluido su camino. Estamos ya en la Semana Santa. En el camino Jesús ha instruido largamente a sus discípulos sobre su muerte y resurrección. El evangelio de este domingo lo sitúa además en el templo, lugar al que Marcos le da mucha importancia en los capítulos 11 y 12 de su evangelio.
Podemos distinguir dos perícopas en el evangelio de hoy: En los versículos 38 a 40 instruye al gentío a cuenta de los escribas. En los versículos 41 a 44 instruye a los discípulos, a cuenta de la viuda pobre. Para seguir a Jesús, para ser discípulo suyo, hay un camino equivocado, que es el de los escribas. Y un camino acertado, que es el de la viuda pobre.
2.- Jesús hace a los escribas una crítica muy dura. Ellos recibirán una condena más rigurosa. Les acusa de hipocresía, vanidad, avaricia, orgullo, “oración” aparente, sin preocuparse de los pobres, de la justicia social. Buscan los primeros puestos, tener buena imagen, no tienen escrúpulos de despojar a las viudas de sus pocos bienes.
Jesús observa a la gente echando dinero en el tesoro. No tiene prisas, no mira al reloj. Siempre con mucha paciencia ejercitando el arte del encuentro.
3.- En Israel los más indefensos eran las viudas, los huérfanos y los extranjeros. Al enviudar, además de quedarse sin protección social y económica, la mujer pierde su identidad religiosa. Solo les queda la fe, Dios. Jesús dice que la viuda echa más que nadie, echa dos monedillas, todo lo que tiene. Los otros echan mucho, pero es de lo que les sobra. La viuda muestra confianza en Dios, gratuidad, generosidad. Para los discípulos (Marcos 6,37) lo mucho es más útil para la caridad que las monedillas de la viuda. Jesús tiene otros criterios. La caridad no es cantidad sino calidad. No está en el gesto, sino en el corazón que se pone en cada gesto.
El compartir y la solidaridad era la seña de identidad de los primeros cristianos. Eran pobres, pero no había necesitados entre ellos (Hechos 4, 34). Y eso admiraba y atraía a los que no eran cristianos. Dar a los otros no lo que tiramos, sino lo que tenemos para nosotros.
4.- ¿Qué nos dice a nosotros este evangelio? ¿Por qué Elías se fija en una viuda pobre? ¿Por qué Jesús se fija en la viuda de las monedillas? Las dos arriesgan todo. ¿Es razonable que la viuda dé al templo todo lo que tiene? Es la fe que Jesús nos pide, la confianza total en el Señor. Son los pobres de Yavé, que lo esperan todo de Dios y sólo en Él. ¿Nos atreveríamos a vivir con menos de lo que ahora vivimos? Ser levadura en la masa. Un poco de levadura fermenta toda la masa. Valor de lo pequeño, de los pequeños gestos. Un testimonio vale más que todos los discursos. “La religión pura e intachable ante Dios es ayudar a huérfanos y viudas…” (Santiago 22,21). También podría hablarse algo de la forma como colaboramos en las necesidades de nuestra comunidad cristiana…