Santiago Apóstol. 2021

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Estudio de Evangelio. Serafín Fernández Rodríguez diócesis de Ourense

 

25 julio 2021. Mateo 20,20-28


En este episodio de hoy destaca, entre las personas que intervienen, la madre de los Zebedeos. Su confianza en Jesús: se acerca, se postra ante él, le hace un ofrecimiento y una petición en favor de sus hijos. Que sean sus principales ayudantes, la mano derecha de Jesús en el Reino que anuncia. También se destacan los dos hermanos, hijos del Zebedeo. Ellos, que lo han dejado todo por seguirle se sienten disponibles, se ofrecen a sentarse a su lado en el reino.

Estos hermanos, y su madre, aman profundamente a Jesús, y están dispuestos a todo, incluso la muerte por estar con Jesús, “¿podéis beber?… podemos”
Todo esto es muy bueno. El desear formar parte del Reino de Dios. Pero también se ve que, esto que es bueno, está empañado por el egoísmo. Quieren estar por encima de los demás. No han escuchado nada de lo que acaba de hablarles de su pasión.

Aparecen los demás apóstoles. También se creen con derecho a ser la mano derecha del Señor. También ellos lo han dejado todo por seguirle. También le aman apasionadamente. También tienen sus proyectos de cara al Reino que anuncia Jesús.

Este relato resalta claramente las actitudes de los que acompaña a Jesús. Tanto el amor como la confianza que tiene en él.

Nos fijamos sobre todo en el Señor y vemos su reacción. No se enoja ante la petición de los Zebedeos, ni ante las divisiones que surgen en el grupo más cercano. Ni ante el hecho de que no hayan escuchado y entendido las palabras anteriores, en las que les habla de su pasión.

Con paciencia les vuelve a explicar cómo es el Reino que el trae. Y les habla de que este reino es diferente a los reinos de este mundo, en el que los que gobiernan ejercen un poder dictatorial sobre sus súbditos.

En el reino que anuncia Jesús, será al revés, los más grandes serán los más servidores, los que dan su vida por los otros, como hará el. Las actitudes de los principales del nuevo Reino son las del servicio y el sacrificio en favor de los demás. Serán las mismas actitudes que Jesús vivirá. Dar la vida para que los otros tengan vida.

Después de acompañar al Señor, en este episodio resuenan en nuestro corazón unas voces que nos llaman a imitar a estos discípulos en el enamoramiento de Jesús, en el propósito de acompañarlo incluso en la cruz, pidiéndole que nos ayude en ser buen alimento para el pueblo.