Epifanía del Señor

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Estudio de Evangelio. José Lozano Sánchez

La estrella de la fe que nos ayuda a interpretar la vida y los signos de los tiempos es la que nos hace salir de nuestra situación para vivir nuestro encuentro con el que Dios envía para salvar a toda la humanidad. Esa fe cambiará nuestra vida y cambiará la historia

 

Lunes, 6 de enero de 2020.

Mt 2,1-12: Venimos de Oriente a adorar al Rey.

Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: - «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.» Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: - «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."» Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: - «ld y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.» Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

 

«¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.» 

La aparición del Hijo de Dios en este mundo, no se ocultó a nadie, estaba al alcance de todos. Lo vieron los buscadores, las personas despiertas y conscientes de la vida y de la historia, los que estaban abiertos a la vida y trataban de ver su significado. Los magos no eran del pueblo de Dios, era paganos, de otras religiones y culturas que no tenían que ver nada con la religión y la cultura de Israel. Pero miraron la vida con fe. Si lo miramos todo con fe, de él nos habla la vida, la naturaleza, la historia, cada uno de los acontecimientos de este mundo. Hoy, y en todos los tiempos, muchas personas que parece que no tienen que ver nada con el cristianismo y con la Iglesia se han encontrado y se están encontrando con Dios en su vida y en la historia. ¿Hasta qué punto miramos la vida y los acontecimiento con fe y escuchamos las llamadas que Dios nos hace? ¿Somos buscadores y personas abiertas, o acomodados en la rutina?

 

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él

Si Herodes se sobresaltó es porque se sentía muy aferrado al poder y no quería, por nada del mundo, que nadie viniera a quitarle el trono, aunque fuera Dios mismo. Parece que lo mismo le ocurría a toda la población de Jerusalén. Estaban muy acomodados e identificados con el orden establecido. Las aportaciones del Concilio y las reformas que hoy se están planteando en la Iglesia, están sobresaltando a muchos de nosotros, no nos importa que vengan de Dios, que las necesite la Iglesia y que la humanidad las pida a gritos. ¿Cuál es mi postura ante los cambios que se están planteando en la Iglesia y en la humanidad?

 

Convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: - «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."»

Por lo que se ve, Herodes conocía muy poco las Escrituras, sólo le preocupaba el poder. Los sumos sacerdotes y los escribas sabían dónde tenía que nacer Jesús muy en teoría, conocían muy bien las Escrituras, pero les faltaba algo muy importante: La atención y apertura a la vida, el conocer e interpretar los signos de los tiempos… Los magos no conocían tanto las Escrituras, pero estaban atentos al vida, escuchaban la llamada de Dios a través de lo que iban observando en la naturaleza, y también estaban abiertos a lo que dicen las Escrituras. ¿Cómo me ayuda la Palabra de Dios a comprender e interpretar lo que Dios va diciendo a la Iglesia ya a la humanidad a través de la vida?

 

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles: - «ld y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»

Herodes quería estar bien informado del nacimiento de Jesús, pero no da ningún paso para acercarse a él. Era el rey y creía que no tenía que hacer nada para ver lo que la vida y los acontecimientos le pedían, se creía dueño de todo y sabedor de todo. Ya diría él lo que había que hacer. Al tener en sus manos la administración del reino, metido en su palacio y sus asuntos, estaba muy lejos de la vida de su pueblo. Suele ocurrir que, en muchas ocasiones estamos tan enfrascadas en nuestras responsabilidades que no tenemos tiempo ni ganas de acercarnos a la vida concreta de la gente. Dejamos el encuentro con la vida concreta de la gente para más adelante, para cuando tengamos más información. Y la vida se nos pasa sin dar respuesta a lo que Dios nos pide. ¿Cómo me sitúo ante el activismo, las tareas de administración para que no me impidan encontrarme con la vida?

 

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría.

Los magos, sabían lo que querían y a dónde iban y enseguida se pusieron en camino. No se quedaron en la información sino que se sirvieron de ella para llegar a la meta. Su compromiso y disponibilidad para responder a la llamada que Dios las estaba haciendo, abría sus vidas para ver de nuevo la estrella y encontrar la alegría y el sentido de sus vida. La información, las ideas y todos los conocimientos, sólo nos aprovechan y nos llenan cuando, en nosotros hay opción por el compromiso, cuando centramos nuestra vida y nuestra acción en aquello que Dios nos pide. ¿Cómo suelo superar mis desánimos, mis confusiones y mis cansancios, para encontrar de nuevo el entusiasmo por encontrarme con la persona de Jesús y a ayudar a otros a encontrarse con él?

 

Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra

Iban guiados por algo más que la estrella. La luz que guiaba y orientaba sus vidas era la fe que les ayudó a reconocer en aquel niño, que no tenía nada de extraordinario, al esperado por toda la humanidad para conducirla a su liberación definitiva. Al ofrecerle lo que tenían, querían expresar lo que aquel niño era para ellos y comprometer sus vidas con él. Jesús, sólo con su presencia infantil, fue Buena Noticia, para aquellos hombres que venían buscando a enviado de Dios. Primero a los pastores y después a los magos, desde su entrada en este mundo Jesús es Buena noticia, evangeliza, a todo el que, siguiendo la llamada de Dios y movido por la fe se acerca a él.

 

Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

Herodes les había dado información sobre el lugar donde tenía que nacer el Mesías, pero sus intenciones no eran de adorarlo y de conocer a Dios en él, sino de someter a todos a su poder. Volver a Herodes era colaborar con sus intereses de dominio y de sometérselo todo. No debían volver a dar información de los que sabían al rey. A partir del encuentro con Jesús, su vida debía de marchar por otro camino para no ajustarse ni colaborar con los poderes de este mundo. El encuentro con el Mesías los había hecho libres para vivir una vida nueva y no someterse a los reinos de este mundo sino vivir su pertenencia al Reino de Dios, que Jesús hace presente con su venida.

 

Nos podríamos preguntar lo que nos quiere decir Mateo con el relato de los Magos. Este evangelio lo proclamamos en día de la Fiesta de la Epifanía, palabra que, como todos sabemos, significa manifestación. La Iglesia de todos los tiempos ha sabido captar el significado de este relato, como la voluntad divina de revelarse a todos los pueblos, culturas y religiones, para ofrecerles su salvación en la persona y vida de Jesús. Dios ofrece la luz de la fe que conduce a cualquier persona y a toda la humanidad, al encuentro con su Enviado, al Salvador que responde al hambre de liberación que existe en la humanidad. Y también aparecen las actitudes necesarias para que se realice ese encuentro: La apertura a la trascendencia de la vida, el salir de la realidad en que se vive, el ponerse en camino, el buscar, interpretar los acontecimientos y los signos de los tiempos, el ver la significación de todo lo que vamos a encontrarnos y el comprometer nuestra vida en esa búsqueda para llegar a encontrarnos con Dios que viene a visitarnos. Parece ser que el relato apunta a ver la vida y la historia como la manifestación, la revelación de Dios y de su Plan Universal de Salvación que responde a todos los sueños y anhelos de la humanidad, como que toda la vida es revelación de Dios y encontramos el valor de nuestra vida, nuestra libertad y plenitud, cuando nos dejamos conducir por sus llamadas, renovando continuamente nuestra vida, nuestro caminar, volviendo a encontrarnos con nosotros, pero por otro camino, es decir, de forma totalmente nueva en cada momento. Recordemos que, en la Iglesia Oriental, la Epifanía es la fiesta principal de la Navidad. La Navidad la centran en la Epifanía.