El tiempo de Adviento

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Reflexión de Pepe Lozano

La palabra Adviento significa llegada. La Iglesia designa con esta palabra, el tiempo de preparación para la venida-nacimiento de Jesús. Podríamos pensar lo que significa esta VENIDA-NACIMIENTO y su preparación, y cómo se situarnos ante esta venida.

El pueblo de Israel estuvo preparando la venida del Mesías, a través de toda su historia. Alentado por los profetas vivió esperando y preparando la venida del que Dios tenía que enviar para dar la liberación definitiva del pueblo que continuamente se veía sometido a la opresión por poderes extranjeros y también por personas y grupos del mismo pueblo.

El pueblo de Israel representa a todos los pueblos. La historia que cada comunidad humana ha vivido, y sigue viviendo, en la espera por un futuro mejor. También la vida de cada persona es un adviento, su vida y su afán es esperar y preparar lo que desea y necesita para vivir y crecer como persona. Y en algunas ocasiones, cuando lo consigue, se da cuenta de que eso no era lo que esperaba… Y esto la vuelve a la situación de esperar y preparar lo que cree que puede llenar y dar sentido a su vida.

Creyentes y no creyentes, miembros de una religión o de otra, en todas las épocas, de forma más o menos acertada, todos esperamos algo distinto, algo nuevo, que responda a las necesidades más profundas de nuestra vida. Esto es lo que observamos en las luchas y los movimientos sociales y en tantas y tantas manifestaciones que observamos en nuestra sociedad. Los parados esperan encontrar un trabajo, los jóvenes esperan construir su futuro y encontrar un lugar en la sociedad, las mujeres esperan el respeto y la igualdad con el varón a todos los niveles; los inmigrantes esperan acogida e integración en la sociedad a la que llegan, los pueblos del sur esperan mejores condiciones de vida que les posibiliten vivir como personas, para no tener que salir de su tierra en busca de una vida mejor, los países destrozados por la guerra y los atentados, sueñan con la paz…Todos esperamos otra forma de vivir y de organizar la economía y el consumo, que evite la destrucción de nuestro planeta. Los pobres sueñan con la desaparición de las astronómicas desigualdades que los condenan a la miseria y la exclusión.

Los cristianos, por la fe, creemos que es Jesús el que tiene que venir, y que no deja de hacerse presente, en ningún momento de la historia. Y que es él quién responde a todas las esperanzas y necesidades humanas más profundas. Esa fe en Jesús, no nos separa de las otras religiones y culturas distintas a la nuestra, ni tampoco de los no creyentes, ni de aquellos que están en contra de la Iglesia, sino todo lo contrario, porque sabemos que en todo ser humano está presente Dios, y está movido por su Espíritu.

El Adviento nos ayuda a encontrarnos con nosotros mismos, con la profundidad de nuestra vida, y con las esperanzas más profundas de la humanidad, y nos compromete a responder, desde nuestra fe, y en colaboración con todos los que esperan un mundo nuevo, a todas las esperanzas de los pobres de este mundo y de todos los que desean y trabajan por un mundo nuevo. Nos unimos a todos los que trabajan y luchan por una economía nueva, una política nueva, una forma nueva de producir y de consumir, una transformación total de la sociedad en la que la dignidad de la persona esté por encima de todo.

José Lozano Sánchez