Imprimir

REFLEXIÓN: DOMINGO VEINTISIETE DEL TIEMPOR ORDINARIO- CICLO C- 2025

Visto: 67

Moisés Mesa López diocesis de Granada

Reflexión domingo 5 de octubre

    <<Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “arráncate de raíz y plántate en el mar” y os obedecería>>. Vivimos en una Iglesia donde muchas veces la fe se confunde, donde se piensa que es una manera de acortar el camino, para que se haga nuestra voluntad o nuestro capricho. Que la fe es una manera de conseguir el trato preferencial de Dios. Cuando no es así, no se trata de una fórmula mágica.

   Pero entonces, ¿Dónde queda la “fe” de tantas y tantas personas que asisten a la Eucaristía cada domingo y en ocasiones cada día? Recuerdo en uno de mis pueblos que al salir de una Eucaristía, en la que hablaba de la importancia de vivir una fe, donde lo único que buscáramos es conocer más a Cristo, confiar en Él, poner en el toda nuestra existencia, me dijo una mujer que a ella la fe le sobraba, que lo que le faltaba era salud y era lo único que pedía.

   ¿Cómo aun seguimos acercándonos a Dios, solo para buscar su favor? Parece que seguimos anclados en el Antiguo Testamento, esperando que al justo le vaya todo bien (como si fuéramos nosotros los justos) y que al que esta fuera, al “injusto”, se viera privado del amor de Dios.

   Pero esto no es la fe, entonces ¿Qué es la fe? Es cierto que definir la fe es algo que se nos escapa, ya que pertenece al aspecto psíquico de la persona, a todo el entramado de su experiencia religiosa, su relación con Dios en la vida.  Por lo que la fe se sitúa en el ámbito de las vivencias y valores personales como el amor, la amistad la alegría, el miedo la confianza en una palabra, en una persona, en una promesa.

   La fe, por tanto, es don de Dios, escapa a toda medida física de peso, volumen, por lo que es necesario adentrarse en el plano del espíritu. Ya que la fe no es simplemente creer lo que no se ve. Esto puede ser credulidad infantil. La fe no es aceptar con sumisión irresponsable, impersonal y manipulada una serie de enseñanzas, no es un conocimiento teórico de verdades reveladas con sobre Dios.

   Pero, entonces ¿Qué nos queda? La fe es el encuentro personal con Dios que sale a nuestro encuentro por medio de la Palabra. Es respuesta, entrega y adhesión a la persona de Cristo. Es una opción fundamental y radical por Dios fiándote totalmente de Él. La fe es un compromiso que orienta nuestra vida: mente, corazón y conducta, al estilo de Jesús.

   Siempre sin olvidarnos de algo “muéstrame tu fe sin obras y yo por mis obras te mostrare mi fe” una fe que no da frutos ¿Qué tipo de fe es? El Evangelio nos dice <<cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: “somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”>>. Una fe que no se manifiesta en esas obras de caridad, dar de comer y de beber, visitar al enfermo… es una fe seca y muerta.