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Domingo 3º T.O. - A_2023

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Estudio de Evangelio. Oriol Xirinachs Benavent , diócesis de Barcelona

 

22 enero 2023. Mt 4, 12-23

Al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
«País de Zabulón y país de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló».
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores.
Les dijo:
—«Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
                                                                              
          Como preanuncio de aquello que será una constante en el ministerio de Jesús, el inicio de este se realizará en tierra de los gentiles. Por una parte serán estos, samaritanos, la cananea, el centurión romano… quienes lo acogerán dispuestos convertirse y a saberlo agradecer. Por otra parte Jesús es a ellos a quienes quiere tener como primeros destinatarios de su mensaje de salvación.
 
          Jesús hace de los pobres, gentiles y marginados como la fuente desde donde mana su mensaje, mientras que hoy estos son solamente un afluente. Es desde las periferias del papa Francisco donde el Evangelio encuentra todo el frescor originario.
 
          Es desde las periferias de la Guillotier donde Antoine Chevrier querrá construir una comunidad evangélica. En un encuentro de hospitales de campaña que tuvo lugar en el la iglesia de Santa Ana en Barcelona,  se creó un grupo de teólogos para hacer “teología desde las periferias”, cuyo objetivo es “profundizar en la enseñanza del Papa Francisco y promover una renovación de la teología.
 
          Acoger y vivir la Buena Noticia de salvación exige conversión, un cambio de mentalidad y de corazón. Un cambio que en su centro supone pasar de una autorealización a una acogida dialogal y libre del proyecto divino. Es pasar de la Ley a la gracia, del «primer hombre, Adán, fue materia con vida. En cambio, el último Adán es espíritu que da vida» (1Cor, 15,45). Desde siempre la humanidad ha buscado un mundo mejor, en el cual poder encontrar una vida feliz y para ello se esfuerza por mejorar el escenario donde desarrollar su vida. Jesús nos ofrece el único camino para conseguir esta vida mejor, mas humana y feliz; solamente cambiando nosotros será posible. 
 
          Antoine Chevrier lo aplica a la tarea evangelizadora. «¿Qué pensar de aquellos que no piensan más que en construir, en embellecer sus casas rectorales, sus iglesias….¡Que lástima! Dejan las almas por correr detrás de la piedras. Y no tienen necesidad de tanto asunto para convertir» (Ms xii 264).
 
          En aquel tiempo era la gente quien elegía a sus maestros, que eran los que creaban escuela. Jesús se presenta a si mismo como maestro: «uno solo es vuestro Maestro» (Mt 23,8). Sin embargo, a diferencia de aquellos: «Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os he escogido a vosotros» (Jn15,16). Y se trata de una elección personal a Pedro, Andrés, Santiago, Juan…
Para Anthony Chevrier, «Jesucristo es nuestro sólo maestro. El es Verbo de Dios, en él están todos los tesoros de la ciencia y de la sabiduría» (VD 95). Y porqué es él quien llama a los que quiere, afirmará que: «La primera condición es ser llamado por Dios para trabajar en su obra» (VD 320). Y él deseará ardientemente encontrar compañeros que quieran unirse en su ‘obra’
 
          La llamada de Jesús es para seguirle, es decir, ir detrás de él. Todo el ministerio de Jesús es un hacer camino por los pueblos: «En su camino a Jerusalén, Jesús enseñaba en los pueblos y aldeas por donde pasaba» (Lc 13,22). Y «Mucha gente le seguía porque habían visto las señales milagrosas que hacía sanando a los enfermos» (Jn 6,2). A los que él llama es para estar con él: «Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día» (Jn 1,39), para conocerle e intimar con él y su proyecto. Este seguimiento Antoine Chevrier lo vivirá y invitara a vivirlo también a aquellos que quieran unirse a él, en todo aquella serie de seguimientos que expone largamente en el Verdadero discípulo: caridad, oración, mansedumbre, humildad, pobreza…. Y a «estar con los pobres, vivir como ellos y morir como ellos».
 
          Pero Jesús, a los que llama personalmente para hacerles discípulos suyos, no los llama para quedarse con él sino par a enviarles a anunciar el Evangelio. Discípulos para ser apóstoles. Y como lo hace él mismo anuncia el Evangelio con obras, pero unas obras que son manifestación del Dios Amor, por ello siempre, a través de ellas buscará el encuentro personal, ya sea con el ciego de nacimiento, con la cananea o con el paralítico. Invitará a hacer las obras que hemos aprendido de él: «para que, viendo el bien que hacéis, alaben todos a vuestro Padre que está en el cielo» (Mt 5,16). Y Antoine Chevrier que se siente llamado a seguir a Jesucristo por su mismo camino, sino que le ha reconocido como ‘el Camino’, y por ello buscará en todas sus obras, llevar a la gente al conocimiento de Jesús.
 
          Y el apóstol es un enviado, un enviado a anunciar el Reino de Dios, el mundo tal como él lo soñó el primer día. Para ello les da poder de hacer aquellos signos que lo hacen ya realidad y anuncian su plena realización. Pero el Reino plenamente realizado es la persona de Jesús, el cual por medio de sus actitudes y obras historifica el amor el amor del Padre (L. Boff). Persona y obras se encuentran frecuentemente en tensión a la hora de evangelizar. Algunos dirá que las obras ya son el Reino, mientras que otros priorizarán la persona de Jesús. Él mismo vivia esta tensión: «Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; si no, creed al menos por las propias obras» (Jn 14,11). Solamente en él persona y obras se identifican; en nuestra evangelización siempre tendremos esta tensión. Para Antoine Chevrier ‘Jesucristo lo es todo’, pero evangelizará con obras, que al igual que Pedro en la curación del cojo, lo hará: «en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda» (Hch 3,6).
 
           Señor, tu nos has elegido y llamado por nuestro nombre para estar contigo y hacernos discípulos y apóstoles, para anunciar tu Evangelio de salvación a los pobres; haznos agradecidos y fieles a esta llamada, danos la luz y la fuerza del Espíritu, para que tu Reino llegue al mundo de los pobres, tus preferidos, y sean en medio de nuestro mundo una llamada a acoger tu amor entregado a todos los hombres.