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Ascensión del Señor - B. 2021

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Estudio de Evangelio. Enrique Martín Puerta

 

16 mayo 2021. Mc 16, 15-20

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
—«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
Todo lo que han vivido los apóstoles con Jesús es una gran noticia. Han conocido el amor del Padre que ha enviado a su Hijo y ha cumplido su promesa. Ahora Jesús los envía para que anuncien el Evangelio a toda la creación. Me llama la atención que se refiera a toda la creación y no sólo a los hombres.
 
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
La Buena Nueva hay que acogerla con fe, creyendo en Jesús y recibiendo el bautismo y de ahí nos viene la salvación.
 
A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».
Los que crean se convierten en otros Cristos y reciben el poder de hacer los mismos prodigios que hacía Jesús.
 
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
El momento culminante de toda la existencia de Jesús: volver al cielo pero con un cuerpo resucitado. Está a la derecha de Dios porque comparte todo el poder de Dios. Se ha convertido en Señor del universo.
 
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Los apóstoles cumplen el mandato que han recibido y comprueban que se cumplen las palabras de Jesús con los milagros que realizan.
 
La ascensión del Señor no significa el final de su presencia entre nosotros sino un cambio de etapa. Comienza una nueva etapa en la que el Señor no está entre nosotros de forma material pero sigue acompañando a sus discípulos en el día a día.
 
Es el momento de la Iglesia, de la evangelización. Es la hora de salir, como nos pide el papa, para anunciar a todos esta Buena Noticia que nos trae la salvación.
Pienso que la salvación no se refiere sólo a librarse de la muerte o del infierno. Yo descubro que el conocimiento de Jesucristo me ha salvado la vida porque llena de contenido mi existencia y me permite vivir la vida con ilusión y deseos de hacer el bien.
 
Me han llamado la atención los signos que acompañan a los creyentes. Al principio me parece que son exagerados porque no vemos muchos milagros a nuestro alrededor; pero después, pensando detenidamente y mirando la vida de nuestras comunidades cristianas creo que si están llenas de signos de vida. Es verdad que no se ven milagros que se corroboren científicamente pero sí percibo que entre los creyentes se sanan muchas enfermedades y se expulsan muchos demonios. Estoy convencido de que el poder de la fe y de la oración de la gente sencilla obtiene la salud de muchos enfermos y que el apoyo y el amor que brindan muchos creyentes está sanando muchas enfermedades del espíritu. Pienso también en los que son capaces de sembrar la paz en ambientes de violencia, los que vencen el egoísmo, los que perdonan de corazón graves ofensas… son también demonios que huyen en el nombre de Jesús. Entre los creyentes son evidentes los signos que el Señor ha prometido a sus discípulos.
 
Porque la Buena Noticia nos trae tantas bendiciones y es motivo de alegría para el mundo, tenemos que sentir la llamada a salir y proclamarla a toda la creación.
 
Señor Jesús, tú te sigues haciendo presente con tu poder en medio de nosotros y nos llenas de alegría y de vida. Concede a tu Iglesia de hoy el entusiasmo y la valentía para hacerte presente en medio de nuestro mundo.