Estudio de Evangelio. Enrique Martín Puerta, diócesis de Granada
Jn 10,11-18
Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por las ovejas;
Jesús se define como buen pastor y lo demostrará dando la vida por nosotros.
El asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
El asalariado está trabajando por el salario, lo que le importa es el salario y no las ovejas.
Yo soy el Buen Pastor que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.
Conocer es también amar. El buen pastor conoce a las ovejas porque las ama y ellas lo reconocen porque se saben amadas. Jesús compara este conocimiento con su relación con el Padre. Un amor tan grande que los hace ser un solo Dios. Insiste en que da la vida por las ovejas. Las conoce con sus virtudes y defectos y por eso las ama hasta dar la vida.
Tengo además otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.
Jesús es el Pastor de todos por eso la meta es la unidad de toda la humanidad en torno a él. Creo que no está expresando un deseo sino que está anunciando una realidad. El futuro será que todos escucharán su voz y se reunirán en torno a él.
Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para quitarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he recibido del Padre.
Aunque la pasión sea el resultado de la traición de Judas y de las conspiraciones contra Jesús de los dirigentes judíos, él ha entregado la vida libremente por obediencia al mandato del Padre y la recupera con la Resurrección.
Por una parte me quiero situar como oveja que escucha la voz de su pastor. Necesito dejarme guiar por Jesucristo y estar atento a su Palabra. Necesito conocer a mi Pastor y mi Maestro para seguir sus pasos y experimentar todo lo que hace por mí. Él me conoce, sabe bien todo lo bueno y lo malo que hay en mí y me quiere como soy. Él ha dado la vida por mí para que yo tenga vida.
Por otra parte me siento interpelado a seguir el ejemplo de Cristo como Buen Pastor. No quiero ser un asalariado que solo trabaja por cobrar un sueldo. Quiero ser una imagen del verdadero Pastor. Es una llamada a superar muchos obstáculos personales para centrarme en el conocimiento de Jesucristo y dar la vida por la gente con mi entrega de cada. Dar la vida muriendo a todo lo que hay en mí de soberbia, de comodidad o egoísmo. Entregando mi tiempo, mi persona y todos mis bienes para que los demás tengan vida. “Cuanto más se muere más vida se tiene y más vida se da.”
Siento que Jesucristo me conoce y me ama y yo como imagen del Buen Pastor he de trabajar para conocer y amar a esta gente a la que Dios me ha enviado. Saber amarlos como son, con sus grandezas y miserias porque así también me ha amado Jesús a mí. Y por amor dar la vida por ellos, dar mi tiempo y mi persona.
También me hace ampliar el horizonte. El papa nos anima a estar en salida. Son tiempos de salir a buscar a todos aquellos que aun no se han reunido en torno a Jesucristo. Todos son sus ovejas, aunque no sean de este redil y todos tendremos que llegar a reunirnos en torno a él como una única familia. Todos hermanos.
Señor Jesús, Buen Pastor, te doy gracias por haber venido a buscarme cuando estaba perdido, porque has dado tu vida por mí y cuentas conmigo a pesar de mi tibieza. Siento fuertemente tu llamada a ser pastor de tu pueblo y veo lo pequeño que soy ante una misión tan grande, me siento desbordado y sólo me queda confiar en ti. Gracias porque sé que siempre estarás conmigo para que sostenerme. Concédeme el valor de dar la vida y morir a mí mismo.