Pauta para un Estudio de Evangelio. Josep Maria Romaguera Bach
En el Evangelio de este domingo, todavía en el contexto del envío a la misión, podemos considerar que la militancia –la misión apostólica– no es una carga dolorosa. “Tomar la cruz” significa que comprometerse por los más abatidos, sobre todo cuando son multitud, comporta dificultades que hay que asumir. Es la cruz–muerte que asumió Jesús, el que resucitó. Así pues no será fácil pero es el camino que conduce a la vida.
28 junio 2020. Evangelio según Mateo (10,37-42)
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
37 –El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí; 38 y el que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. 39 El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
40 El que os recibe a vosotros, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado. 41 El que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá paga de justo. 42 El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.
Pauta para hacer Estudio de Evangelio, personal o compartido
1
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2
Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4
Ahora anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
¿Cómo describiría el amor que Jesús tiene a las personas con quien se relaciona, especialmente a los más “pobrecillos”?
5
Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...
En los compromisos y responsabilidades que tengo, o en las que tienen las personas de mi entorno, ¿qué experiencias de felicidad encuentro?
6
Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7
Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Nota para seguir el hilo del Evangelio
- Vamos siguiendo a Mateo, que nos explica como Jesús formaba a quienes había llamado para enviarlos (Mt 9,36-10,8). Los había llamado, recordémoslo, después de ver a toda aquella gente i sentirse conmovido porque estaban maltrechos y desalentados (Mt 9,36). Y los envía a responder a esta situación y a hacerlo del mismo modo como él lo hacía (Mt 10,8).
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- El fragmento de hoy tiene dos partes diferenciadas. La primera (37-39) es un recordatorio a los apóstoles (a los Doce y a aquellos/as de nosotros/as que hemos recibido esta llamada, entre otros los militantes de la JOC, del MIJAC, de ACO, de HOAC y de otros movimientos de la AC): que han/hemos de poner a Jesús en el centro de su/nuestra existencia. Nada ni nadie puede ser más importante que Él. Ni la misma misión que les encarga no es más importante que Él mismo. Porque de otra manera la misión estaría marcada por un voluntarismo opresor. La persona del Hijo de Dios y las personas a las cuales Él se ha unido haciéndose hombre, son el centro de la vida y misión de todo cristiano. Es aquello de amarás al Señor... y amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se resume toda la ley de Moisés y la enseñanza de los profetas (Mt 22,37-40).
- Con estas palabras Jesús no menosprecia al amor entre padres e hijos. Jesús no rebaja el amor de familia, sino que le da sentido y fuerza desde el amor que el Padre tiene a todos sus hijos e hijas y que Él –Jesús, el Hijo– ha manifestado.
- Estas palabras tampoco pretenden fomentar un estilo de vida ‘masoquista’ basado en “cargar cruces” (38). La militancia –la misión apostólica– no es una carga dolorosa. “Tomar la cruz” no significa esto. Significa que comprometerse con los más maltrechos, sobre todo cuando son mucha gente, comporta dificultades que hay que asumir. Es la cruz–muerte que asumió Jesús, el que resucitó. Por tanto, no será fácil, pero es el camino que lleva a la vida.
- En la segunda parte de este texto de hoy (40-42), Jesús muestra a los apóstoles que no sólo encontrarán la “cruz” sino también acogida. Era costumbre entre los judíos tratar a un enviado con el mismo respeto con que tratarían a quien lo enviaba. Quien acoge a los apóstoles, entonces, acoge a Jesús y acoge al Padre, que lo ha enviado a Él.
- Si ponemos en relación estas palabras con las que Jesús decía antes sobre las relaciones familiares, ahora vemos que para Él nunca hay incompatibilidad entre acoger a Dios y acoger a familiares, amitades, etc., que amar a unos es amar al Otro, que a Dios sólo se le puede amar en los demás.
- Y un detalle interesante en estas palabras sobre la acogida. Jesús habla de “paga” (41). Había hablado antes de ella (capítulos 5 y 6). La “paga” es la participación en el Reino celestial, que Dios da generosa y gratuitamente a quien quiere, más allá de cualquier exigencia o reclamación por parte de nadie (Mt 20,13-16). El detalle interesante está en la insistencia de Jesús en decir que “no perderá su paga” (42) quien acoge “a uno de estos pobrecillos”, es decir, a los más pobres, a los que no tienen nada para pagar.
- De ello hay que extraer, al menos, dos consecuencias: la primera es que hay que evitar caer en la tentación de esperar recompensas (ello llevaría a fariseísmos, de derechas o de izquierdas). La segunda consecuencia que tenemos que extraer es que acoger a los pobres y comprometerse con ellos hace feliz.
Josep Maria Romaguera Bach. Diócesis de Barcelona