Evangelio según Marcos (7,31-37)
En aquel tiempo, 31 dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. 32 Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. 33 Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. 34 Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo:
– ¡Effetá!, esto es: «¡Ábrete!»
35 Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. 36 Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. 37 Y en el colmo del asombro decían:
–Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.
Pauta para hacer Estudio de Evangelio, personal o compartido
1
Oración para pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y amar a Jesucristo y, de este modo, poder seguirle mejor y darlo a conocer
2
Anoto algunos hechos vividos esta última semana
3
Leo/leemos el texto. Después contemplo y subrayo
4
Ahora anoto lo que descubro de JESÚS y de los demás personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
Me pregunto si a medida que voy descubriendo muchas cosas de Jesús reacciono como aquel hombre sordo y mudo y quienes le rodeaban (36), que hablaban de Jesús a todo el mundo.
5
Desde el evangelio, vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi alrededor...
Me fijo en que entre las personas de mi entorno habitual las hay con ganas de escuchar (buenas noticias, palabras de esperanza...), necesidad de abrirse... y otras que normalmente no son escuchadas y a las cuales hay que dar la palabra.
6
Llamadas que me hace –que nos hace– el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso(s)
7
Oración. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas por si hacen falta
Notas sobre la geografía y sobre las curaciones en el país y tiempos de Jesús
- El recorrido geográfico que el evangelista describe (31) es bastante inverosímil (si tenemos ocasión de mirar un mapa de la Palestina de los tiempos de Jesús lo veremos). Probablemente esto es debido a que Mc, independientemente de si conoce o no la geografía, adrede y sin preocuparse del orden, quiere remarcar que Jesús pisa territorio pagano, que se acerca a los paganos.
- Lo que Jesús hace (33-34) con el hombre que no oía y que no podía hablar (32) es parecido a lo que hacían los curanderos de su tiempo. Pero Jesús se desmarca de ellos: no busca el espectáculo (33) y no dice palabras incomprensibles que den un tono mágico –la palabra «¡Effetá!» (34) es bien comprensible para sus oyentes inmediatos y también para nosotros, ya que Mc nos la traduce–. Por otro lado, Jesús le da un significado que va más allá de lo que aparece; y pretende que la transformación que se produce en aquel hombre sea más profunda que la curación física.
Notas para fijarnos en Jesús y el Evangelio
- En contraste con la actitud cerrada de los escribas (lo que veíamos el pasado domingo), Jesús “abre” (34) fronteras y va a territorio pagano (31).
- Jesús actúa con discreción (33), y pide que no se le interprete mal (36).
- Mc, más que los demás evangelistas, remarca que Jesús prohíbe revelar su identidad o divulgar los hechos extraordinarios que él realiza (Mc 1,25.34.44; 3,12; 5,43; 7,24.36; 8,30; 9,9.30). Jesús actúa así para evitar que su mesianismo sea mal entendido: Él no es el Mesías guerrero, triunfador y glorioso que muchos esperaban, sino el Mesías pobre y humilde que tiene que pasar por el sufrimiento y por la muerte antes de resucitar (Mc 8,31; 9,31; 10,33-34).
- Y Mc lo destaca tanto porque su comunidad puede caer –o está cayendo– en la trampa de pensar que Jesús, el Resucitado, resuelve las cosas mágicamente y que los que creen en Él ya lo tienen todo solucionado. De hecho, esto ha sucedido muchas veces en la historia de la Iglesia; y siempre estaremos en riesgo si no procuramos conocer/amar a Jesús más y más, en su encarnación, en su camino entre los pobres, en su muerte y en su resurrección/glorificación. El mismo Jesús fue tentado de ello (Mc 15,30.32). En definitiva, Mc recuerda a su comunidad que hay que asumir la cruz (Mc 8,34), la lucha, la entrega por amor.
- El sordomudo (32) aparece como representante de todas aquellas personas que han sido marginadas por los escribas por el hecho de no ser judíos (los llamados paganos): no se les permite escuchar –“sordos” (37)– la Palabra liberadora y no pueden expresar –“mudos” (37)– su fe, que les es negada.
- Este hombre le es “presentado” (32) a Jesús: quienes han conocido a Jesús no pueden dejar de presentarlo a otras personas, para que reciban de Él su Evangelio y así le conozcan y le amen. Es lo que hacen quienes han sido testigos de este hecho (36). Esta es la característica del/la militante cristiano/a.
- Jesús “toca” (33) la realidad para poder dar respuesta. Y, tocándola, señala donde están las dificultades que Él viene a combatir. Su acción de “tocar” se une a la acción de orar –“mirando al cielo” (34)–. Y actúa, al mismo tiempo, con la fuerza de su Palabra (34).
- En medio de los paganos, a los cuales se ha abierto Él mismo, puede “abrir” oídos y bocas (34). Libera a quienes están atados. Y les pone en disposición de escuchar la voz de Dios y de ser evangelizadores (35).
- Aquí, a diferencia de lo que sucedía entre los judíos (pasado domingo), Jesús es contemplado como aquel que “todo lo ha hecho bien” (37); sus palabras y sus obras son reconocidas como liberadoras, como había profetizado Isaías: Mirad que vuestro Dios viene vengador ... se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán ... saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará gritos de júbilo (primera lectura de hoy: Is 35,4-7a). Él es el auténtico liberador, el que pone bendición donde había maldición y libertad donde había esclavitud.